En estos días retomé un libro que trato de tener siempre cerca de S. R. Covey “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, que en una parte habla de “afilar la sierra” y lo muestra con una pequeña historia:
Un hombre cortaba el tronco de un árbol con una sierra con gran esfuerzo y gestos de estar agotado. Llevaba 5 horas trabajando. Entonces, otro hombre que pasaba por allí le preguntó: ¿Por qué no afila la sierra? Seguro que va más rápido.
El primero le contestó: No tengo tiempo para afilar la sierra, tengo que terminar cuanto antes.
Ese pasaje del libro me lleva a lo que vivimos de alguna forma hoy. Afilar la sierra es cuidarse y renovarse frecuentemente, tanto en lo físico como en lo mental/intelectual. Esta pandemia que nos zarandea de una forma tan brusca en tantos aspectos me hacía reflexionar en un montón de situaciones que vivimos habitualmente y en la que vamos en modo “Remoto”. Ahora, en este parón, muchos me cuentan cómo han pasado las distintas fases y que ahora, en el ecuador, ven la oportunidad de pensar en su situación laboral, en su forma de hacer las cosas, para volver con las pilas cargadas y la mente más limpia.
Habitualmente no le damos la importancia que merece el “afilar la sierra”. Vivimos entre el ayer y el mañana y en este momento sólo podemos permitirnos vivir el HOY. Para los emprendedores o profesionales eso supone un revés a nuestra planificación, nuestros esfuerzos, a nuestro control. Alguno puede que tarde en levantarse más que otros, pero sea cuando sea, HOY no lo podemos controlar. Lo que sí podemos controlar HOY es el “afilar la sierra” en esas materias que consideramos que pueden ser útiles para nuestro crecimiento profesional o personal. Aunque después de todo esto volvamos con miedo o algo abatidos, esto nos ayudará a llegar más preparados a esa nueva oportunidad que tendremos para hacerlo tan bien como nos hubiese gustado desde un principio.
