INVIERTE EN AQUELLO QUE UN NAUFRAGIO NO TE PUEDA ARREBATAR
Las empresas pasan por diferentes fases durante su crecimiento y, de forma general, podríamos decir que hay un ciclo lógico que empieza por una primera fase de experimentación, una posterior de consolidación y una tercera de expansión o fortalecimiento. Para hacer ese proceso invierten en los recursos y en los activos que creen más necesarios en cada momento, pero en muchas ocasiones se les olvida invertir en el activo más importante para que su negocio siga creciendo de forma sostenible, y que será la mas rentable y segura de todas sus inversiones: invertir en el talento de sus empleados, en su formación y en su crecimiento profesional.
El éxito de una empresa o su capacidad de atravesar momentos de crisis depende de muchos aspectos y entre los más importantes está la aportación de sus equipos y su organización interna. Los momentos que actualmente vivimos están poniendo a prueba las costuras de muchas empresas, su capacidad de reinventarse y de adaptarse a los cambios. Las personas que integran una organización son la base de lo que se reflejará hacia los clientes, por ese motivo es tan importante invertir en ellos, en generar una motivación, un compromiso, una “cultura de empresa”, un sentimiento de pertenencia que se verá reflejado en la actitud ante los clientes. Nuestros equipos son los primeros embajadores de nuestra marca. Si no inviertes adecuadamente en este activo tan importante de tu empresa, cualquier otra inversión asume riesgos incontrolados.
Los equipos comerciales que están a pie de calle y en contacto con el cliente, necesitan tener una metodología de trabajo, técnicas y sistemática que les ayuden a dar la mejor respuesta al cliente. Ellos son la cara de nuestra empresa y, sin embargo, en muchas ocasiones pueden sentirse perdidos, poco respaldados, indefensos o incomprendidos en su actividad comercial. Esto puede generar mucha frustración. Pierden el foco, se dispersan, o trabajan cada día con la sensación de “salir a cazar”.
A pesar de las posibles resistencias que en un principio pueden aparecer en un equipo a la hora de realizar la implantación de una sistemática comercial, con el tiempo sienten la seguridad que les aporta, el orden y la ayuda que supone para realizar una correcta planificación y para lograr los objetivos comerciales de forma más cómoda.
A la empresa, a su vez, tener un manual de trabajo común y un sistema ordenado le otorga más capacidad de detectar problemas, de tomar decisiones con la antelación necesaria y más fortaleza para afrontar momentos difíciles o de cambios. Una sistemática adecuada saca a la empresa de la improvisación interna y, de cara a los clientes, ofrece una imagen de calidad y seguridad en lo que hace. Lo que ocurre dentro de las empresas suele reflejarse al exterior e impacta directamente en la experiencia cliente.
2022 será un año lleno de retos y un buen momento para darle una vuelta a la forma de hacer las cosas en tu empresa a nivel comercial. Busca cómo mejorar e invierte en aquello que te haga mejor y más fuerte.
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